Quiero verter en tu corazón lluvia de gracia y bendición

424 . Quiero verter en tu corazón lluvia de gracia y bendición

10 de Noviembre de 2013 (9:01 a.m.)

En este día quiero verter en lo profundo de tu corazón una lluvia de gracia y de bendición; te pido que tengas apertura de mente, espíritu predispuesto para un encuentro personal conmigo.

Este es el día en que el fuego del Espíritu Santo descenderá sobre ti con toda fuerza, con todo ímpetu.

Este es el día en que quiero tomar tu vida como barro blando en las manos del alfarero. 

Este es el día en que quiero llenar los vacíos de tu corazón.

Este es el día en que quiero llevarme tu soledad, has de saber que camino a tu lado.

Este es el día en que quiero sumergirte en lo profundo de mi Sagrado Corazón y llevarte a tener una experiencia de amor, experiencia que jamás se borrará de tu mente y mucho menos de tu corazón.

Centra tu mirada solo en Mí; déjate poseer por Mí, mantén tus oídos abiertos a mi voz.

En este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, te pido que hagas silencio interior y exterior; y si hay vientos fuertes, tormentas impetuosas dentro de ti, pídeme que sople suavemente y te daré la paz, el sosiego que necesitas, el equilibrio emocional que es importante para que mi acción divina actúe en tu vida y te transforme, te renueve.

En este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, quiero enseñarte y mostrarte el camino que debes andar.

Recuerda, hijo amado, nada en la vida es casualidad; obro en ti, trabajo en ti; lo que sientes en tu corazón yo te lo he puesto; sé que hay un deseo de dejarlo todo por Mí, de salirte totalmente de las cosas del mundo; de dejar hasta tu propia familia, las personas que amas, las cosas que son importantes para ti; pero en ciertos momentos algo te frena, en ciertos momentos el miedo te paraliza; en ciertos momentos las dudas te hacen tambalear y te asemejas a una barca en alta mar, barca que es fuertemente movida por vientos, por torbellinos, por tormentas impetuosas; en ciertos momentos quisieras olvidarte de Mí y vivir según los criterios del mundo; pero has de saber que te he llamado, he pronunciado tu nombre; has de saber que desde el mismo instante que fuiste engendrado en el vientre de tu madre, te consagré.

Déjame entregar en tus manos las redes vivas de mi Amor Divino; déjame tomarte entre mis brazos y subirte a la barca de mi Sagrado Corazón.

Este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, es la oportunidad que te concedo para que me entregues tus emociones, tus sentimientos; es la oportunidad que te concedo para que me entregues tus miedos, tus apegos; quiero hacerte libre, quiero ceñirte espiritualmente alas plateadas de paloma y que vueles en libertad.

Este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, es la oportunidad que te concedo para que postres a los pies de mi Santa Cruz tus ataduras, tus esclavitudes, tus pecados, tus miserias, tus debilidades.

Este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, es una inventiva de amor para ti porque te amo, temo perderte, temo que seas arrancado bruscamente del jardín del Cielo en el que te he plantado. Quiero enseñarte la manera de cómo tomar decisiones importantes en tu vida.

Reconócete impotente si no estoy a tu lado; pregúntame si lo que sientes en tu corazón proviene de Mí, si todos tus planes y aspiraciones están dentro de mis proyectos divinos; pregúntame si verdaderamente eres llamado a una vida de mayor perfección y de mayor abandono; pregúntame si lo que estás haciendo es grato a mis ojos; pero también entrégame aquellas situaciones, en tu vida, que no te dejan tomar la decisión de dejarlo todo por Mí. Todo lo sé de ti, todo lo conozco; por eso, quiero también mostrarte los medios para que edifiques tu vida sobre la roca.

¡Ah! Hijo amado, sé que eres débil e inconstante; muchas de las cosas que te propusiste realizar las dejaste inconclusas; pero te entiendo, eres joven y quieres experimentar, quieres vivir la vida a tu acomodo.

¡Ah! Hijo mío, déjate abrazar por Mí, quiero que sientas los latidos de mi Sagrado Corazón para que no te sientas solo.

¡Ah! Hijo amado, entrégame tu vida, dame autoridad para yo hacer contigo lo que quiera; entrégame sin reserva tu voluntad y verás cómo un viento suave penetra en tu corazón y sientes paz; y verás cómo una fuerza sobrenatural te anima a caminar en dirección hacia Mí.

Construye, edifica tu vida sobre la roca para que los vientos fuertes no te hagan tambalear. Si sientes en tu corazón el deseo de consagrar tu vida totalmente a mi servicio, quiero decirte que vale la pena; recibirás el ciento por uno por haber dejado familia, vereda, pueblo, ciudad, país. Te recompensaré, entregaré en tus manos las llaves de oro de mi Sagrado Corazón y te abriré las puertas y ventanas del Cielo; el día que te llame pasarás a gozar de la dicha eterna.

¿Qué quieres que haga por ti en este desierto de amor? Cuéntamelo todo, quiero escucharte, no quiero despacharte con tus manos vacías.

En este desierto de amor abre tu corazón, no te guardes nada, y si quieres busca el consejo de un alma prudente, de un alma que tenga sabiduría, y hablaré a través de ella; o mejor, búscame en el Sagrario; mis palabras te harán sonreír, mis palabras inflamarán tu corazón solo de mi amor.

Si tienes dudas, miedos o nostalgia de dejar tu familia, de separarte de las personas que más amas: pídeme que te ayude y mi Madre descenderá del Cielo y Ella te arropará bajo los pliegues de su Sagrado Manto; mi Madre prenderá fuego de amor santo en tu corazón y sentirás gozo. 

En este desierto de amor quiero mostrarte la gran ciencia que contiene mi Sagrado Corazón; quiero despojarte de tus viejas vestiduras, quiero hacer de ti mi obra perfecta.

En este desierto de amor sumérgete por la llaga abierta de mi Sagrado Costado, es el conducto para que llegues a mi Sagrado Corazón y te embriagues de amor.

¿Sabes? Te estaba esperando. ¿Sabes? Añoraba este momento para expresarte mi "te amo".

Mantén tus oídos abiertos a mi voz, serena tu espíritu y busca un lugar solitario; lugar de encuentro a solas conmigo y reposa en Mí. Por momentos eleva tu mirada hacia el Cielo, lo he embellecido para ti, lo he alfombrado de azul; por momentos pon tu mano en tu corazón y agradéceme porque estás vivo, los latidos de tu corazón son los latidos de mi Corazón; por momentos respira profundo y aspira oxígeno puro, evita la distracción y déjate conducir por Mí; soy el piloto de tu vida.

Este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, será como luz que ilumina tu conciencia, ablanda La dureza de tu corazón y te hace más sensible a mi Voz.

Este desierto de amor, en mi Sagrado Corazón, es la oportunidad que te concedo para que experimentes mis besos y mis abrazos.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.