Te pido rendición absoluta a mi Divina Voluntad

425 . Te pido rendición absoluta a mi Divina Voluntad

10 de Noviembre de 2013 (1:10 p.m.)

Hijo mío, escribe porque muchos de mis hijos deben volver a Mí; muchos de mis hijos se harán apóstoles de mi Sagrado Corazón; por eso, este diario espiritual va dirigido a todos los corazones sencillos, abiertos a estas gracias divinas.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón renueva día a día su consagración, viviendo en una continua conversión de corazón, en un abandono excesivo en mi Divina Misericordia.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón tributa homenajes a la Santísima Virgen; en las mañanas se encomienda a su protección, le ofrece el rezo del Santo Rosario. La Santa Misa es el alimento que nutre su espíritu y le mantiene vivo en la fe.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón cumple con un oficio digno y agradable a los purísimos ojos de mi Santísima Madre: la oración de los treinta días en honor a la Madre de Dios y Madre de todos los hombres.

A través de esta práctica recibirás gracias descendidas del Cielo que, como lluvia suave, penetrarán en tu corazón, y tu espíritu será rebosado de mi paz; por medio de esta práctica de los treinta días, en honor a la Santísima Virgen María, podrás discernir las vocaciones; mi Madre te cubrirá bajo los pliegues de su sagrado manto y te abrasará en la llama de su amor santo.

Mi Madre te mostrará el camino de ascesis, camino necesario para tu santificación y salvación de tu alma.

Un apóstol de mi Sagrado Corazón hace de cada sábado el día de María; recuerda que la devoción a mi Sagrado Corazón es una devoción que debe ir unida al Corazón Inmaculado de mi Madre.

Cada sábado impregna tu corazón con la fragancia de las más finas rosas; cada sábado ofrece a mi Madre ramilletes de amor, ofrendas espirituales que reparen su Corazón Inmaculado herido por la indiferencia y frialdad de muchísimos de mis hijos.

Cada sábado reza el Santo Rosario y déjate encadenar a su Inmaculado Corazón; porque eres el hijo amado de María, su esclavo de amor santo.

Cada sábado pide, a Ella, su intercesión maternal; Ella abogará por ti, allanará caminos para que te encuentres conmigo.

Hijo mío, déjate moldear e instruir por Mí; quiero tallar tu alma, darle perfección, finura.

Otra práctica te recomiendo: son las novenas a mi Sagrado Corazón y a mi Santísima Madre. 

Eres apóstol de mi Sagrado Corazón, por lo tanto, tu espíritu debe permanecer abierto a la oración.

Eres apóstol de mi Sagrado Corazón, por lo tanto, debes meditar en los dolores de mi Santísima Madre.

Eres apóstol de mi Sagrado Corazón y te pido que tengas devoción al gran misterio de la Inmaculada Concepción; Ella hizo de su vientre virginal sagrario vivo, tabernáculo caminante; Ella hizo de su vientre virginal un jardín del Cielo.

Hijo mío, hoy he derramado sobre ti mi bendición, efusión de gracia. Estrecha en tu corazón mi diario espiritual y siente los latidos de mi Sagrado Corazón como balbuceos de amor para ti.

Eres apóstol de mi Sagrado Corazón y te pido rendición absoluta a mi Divina Voluntad.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.