Quiero hablarte de la pureza de corazón

300. Quiero hablarte de la pureza de corazón

12 de Junio de 2013 (4:45 p.m.) 

Hijo amado: deja que el Espíritu Santo fluya de manera sobreabundante en ti; no pongas trabas, obstáculos al plan de amor que tengo trazado en tu vida. Las manecillas del reloj aún no se han detenido; por tanto, debes continuar la marcha, el camino que te lleva a descubrir mis misterios divinos.

Sigue siendo lápiz desgastado entre mis manos, porque este diario espiritual llevará las almas a una vida interior profunda; todo lo que te digo a ti, lo digo también a las almas que beban en las fuentes de mi Sagrado Corazón; porque este diario espiritual será manantial de agua fresca para todos aquellos que tienen sed de Mí.

Te necesito dispuesto para Yo obrar en ti de acuerdo a mi Divina Voluntad. Te necesito recogido para que escuches, con mayor claridad, mis palabras, mi voz; mi dulce voz te embriagará de amor.

Hoy quiero hablarte de la pureza de corazón; porque, si recibes diariamente mi Cuerpo y mi Sangre preciosa, en tu corazón no deben existir manchas o arrugas. Haz primero una buena confesión; siente dolor por tus pecados, siente arrepentimiento por tus faltas, búscame en el tribunal de mi Misericordia; allí, a través del sacerdote, te liberaré de tus culpas, te haré sentir tus cargas livianas, mi paz rebosará la medida de tu corazón y sentirás cómo la llama, que arde en mi Divino Corazón, te envuelve, te abraza, quema tus imperfecciones.

La pureza de corazón la adquieres en la medida que saques, dentro de ti, todo sentimiento que vaya en contra de mi voluntad; pierde la fascinación por el mundo, embelésate en la ciencia del Cielo que te hace santo; muere, ya, al mundo y a la carne. Despójate, de una vez por todas, de tus viejas vestiduras y ponte trajes nuevos, trajes de gracia; revístete del donaire de los santos ángeles y perfuma tu corazón de mi fragante nardo. Saca de tu mente pensamientos inútiles, no des cabida a la imaginación; cuando sientas que el demonio te ronda y quiera abalanzarse contra ti, ora, haz penitencia, ponte el silicio de la mortificación y ármate de fuerzas para vencerlo y destruirlo.

La pureza de corazón la alcanzas en la medida que trabajes en la virtud; haz un examen de conciencia diario y pide mi perdón. Y si por desgracia ofendiste a tu hermano, búscalo, enmienda tus faltas y regresa a Mí, que te arroparé con el manto de mi Misericordia, verteré en tu corazón algunas gotas de mi Sangre preciosa y te lo dejaré limpio, brillante como la luz del sol cae, al mediodía, sobre la tierra.

No des cabida al pecado; el pecado envenena tu alma, te separa de Mí; quiero que lleves vida angelical. No te separes de Mí ni un instante, une tu espíritu al mío y deja que actúe en ti, obre en ti.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.