Dame tu vida sin reserva

369. Dame tu vida sin reserva

7 de Septiembre de 2013 (9:40 a.m.) 

Mírame, hijo mío, me he hecho reo del amor; escucha cómo los latidos de mi Sagrado Corazón palpitan de amor por ti; siente cómo los rayos de mi Amor y de Misericordia, que brotan de mis santas llagas, penetran en lo profundo de tu corazón y sientes mi paz, bebes de mi ternura; mira cómo lo santos ángeles me adoran y me alaban; ellos se extasían ante mi hermosura, se anonadan ante mi grandeza. Hoy te pido, a ti, que cómo apóstol de mi Sagrado Corazón, hagas lo mismo que ellos hacen: adórame con el alma, glorifícame con tu vida, alábame, porque quiero verter en tu corazón gotas de mi Sangre preciosa para purificártelo, para sanar tus heridas, tus recuerdos, para hacer de ti vaso de pureza.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, entra en el Sagrario y habla conmigo; te propiciaré un dialogo de amor, te daré la oportunidad de escuchar mi voz; pero haz silencio interior, deja que te hable al oído, deja que eleve tu espíritu al Cielo y desees morir de amor, partir de esta tierra y unirte al coro de los ángeles.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, dame tu vida sin reserva, deja que yo disponga de ti; pero no me cuestiones, sé dócil, vive de acuerdo a mi Divina Voluntad; te concederé las gracias necesarias para que te salves.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, te pido que no busques las vanaglorias del mundo, búscame a Mí; encontrándome has hallado una gran riqueza, un tesoro de cuantiosa suma; no hay cifra numérica en la tierra para sopesar su valor.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, haz visitas Eucarísticas; vivo en soledad y abandono por los hombres; no pases de largo por una capilla, por un templo; recuerda que allí estoy Yo, esperándote; allí estoy Yo, mendigándote amor; allí mi Corazón arde en sed de almas.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, camina con tus ojos bien abiertos, vigilantes; porque, en cualquier momento, puede llegar a ti el lobo disfrazado con piel de cordero para engañarte, seducirte, arrastrarte con él al abismo.

Como apóstol de mi Sagrado Corazón, haz un alto en tu camino y evalúa cómo está tu vida frente a mis ojos purísimos y cómo has manejado o administrado los talentos que te he dado; pregúntate si, aún, hay pecado en tu corazón; si aún hay cosas del mundo que te atraen; pregúntate: ¿ cuáles son aquellas esclavitudes y ataduras que aún no te dejan ser totalmente libre? Y como veo que hay sinceridad en ti, extenderé mi auxilio, te ayudaré porque eres débil y cortaré tus viejas ataduras y por fin te sentirás libre, plenamente libre, para que me hables.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.