Consuela mi agonizante Corazón

357. Consuela mi agonizante Corazón

23 de Agosto de 2013 (8:20 p.m.) Chochís, Bolivia

Escúchame, quiero hablarte, presta atención a mis palabras,

[Habla, Señor, que tu siervo escucha.]

Consuela mi agonizante Corazón, porque hoy he sido golpeado, azotado por los pecados de muchísimos de mis hijos.

[Estoy presto, Señor, en llevarme tu tristeza, no quiero que sufras; tu Sagrado Corazón es sumamente Misericordioso para con todos los hombres.]

Hijo mío, tristeza me da al tener que decir que los hombres no me aman lo suficiente; no han comprendido que mi Misericordia divina no tiene límites; por eso, déjame entrar en tu corazón porque tengo frío. Seca mis lágrimas, muchas almas son trofeos de Satanás.

[¿Qué he de hacer, Señor, para llevarme tu dolor, tu sufrimiento?]

Acompáñame en la soledad de mi nuevo Getsemaní y reza con los brazos en cruz. Haz algunos actos de amor que sirvan de alivio a mi sufrimiento. Pídeme perdón por todos los impíos, por todos los que ultrajan, injurian mi agonizante Corazón.

[Tú sabes, Señor, el gran amor que tengo por Ti; lo he dejado todo para seguir renunciando hasta a mi propia familia; porque quiero que mi amor por Ti sea un amor perfecto, quiero verte sonreír, no quiero verte azotado ni sumido en profunda agonía. Te suplico que tengas misericordia con las almas más pecadoras, más renuentes a tu amor. Si quieres, descarga sobre mí tu justa cólera, pero dame la fuerza de padecer por amor a Ti.]

Tu generosidad me lleva a extender sobre el mundo el manto de mi Misericordia. Busco almas víctimas que mitiguen mi dolor; ayúdame para que muchas almas se consagren a mi Sagrado Corazón y sean súbditos, esclavos de mi Amor Divino.

Por ahora guarda recogimiento, guarda silencio interior y exterior; extasíate de amor en mi presencia Eucarística, soy el mendigo del amor que en esta noche te mendiga amor.

[Jesús, cómo no amarte, cómo no dejarlo todo por Ti, moriste en una cruz para redimir el género humano. He aquí a uno de los apóstoles de tu Sagrado Corazón, dispuesto a rendirte toda la honra y gloria que los hombres no te dan. Despierta mis sentidos para contemplar tu invención de amor, misterio de amor que une mi corazón al tuyo.]

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.