El Amor y la Misericordia sobreabundan en mi Divino Corazón
29. El Amor y la Misericordia sobreabundan en mi Divino Corazón
4 de Enero de 2013 (5:30 p.m.)
Agustín, no te asombres de mis palabras; solo quiero dejar por escrito el Amor y la Misericordia que sobreabunda en mi Divino Corazón.
Un día me apiadé de ti, andabas por caminos equivocados; tu corazón, pobre corazón, olía a mundo; tu alma estaba descompuesta, tu espíritu había perdido su brillo; un día te veía a ti caminar al borde del precipicio, estuviste a punto de caer en su profundidad; pero te envié a tu Santo Ángel de la Guarda para que te sostuviera y te desviara por el camino del bien.
Un día estabas cegado por la oscuridad, el demonio había puesto vendas en tus ojos para que no vieras, para que caminaras rumbo al sufrimiento, al padecimiento eterno.
Un día te llamaba y tú no me escuchabas, porque tus oídos estaban cerrados a mi voz, no querías saber de Mí, llegaste a dudar de mi existencia.
Un día estuviste sumido en lo profundo de posos fangosos, el pantano te llegaba hasta el cuello.
Un día te enfermaste de la lepra del pecado y veía cómo ibas perdiendo partes de tus miembros; pero salí en la mitad de tu camino y te sané, te curé como a los leprosos del Evangelio; y tú al ver mi milagro de amor corriste a anunciar la obra que había hecho en ti.
Hoy eres un ser nuevo, plenamente renovado; hoy experimentaste mi Misericordia, probaste de mi Benignidad, hoy puedes decir que eres feliz.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.