Ven y consuela mi agonizante Corazón
24. Ven y consuela mi agonizante Corazón
4 de Enero de 2013 (11:00 a.m.)
Te estaba esperando, permanece un largo rato en el Sagrario; acuérdate de los Actos de Amor, al principio te costará, quizás se te haga un poco tedioso, pero después serán dulce néctar a tus labios y bálsamo para tu corazón.
Necesito que me ayudes a salvar almas; déjame que te crucifique de amor, porque algunos pecadores están clavando en mi cabeza la corona de espinas, sus malos pensamientos están llevando a anidar en su corazón el veneno letal que los puede lanzar al precipicio.
Agustín, pequeña víctima de amor, mírame cómo camino tambaleante por el peso de la cruz; ayúdame tú un poco; estoy cansado, algunos de mis hijos me han crucificado de nuevo en las festividades de Navidad y de año nuevo; ven y consuela mi agonizante Corazón.
{Veo a Jesús sumamente afligido, lo veo vestido de color púrpura; en sus manos sostiene una corona de espinas; su mirada está triste y con su voz entrecortada me dice:}
Agustín, déjame ceñir esta corona de espinas en tu cabeza y ofréceme todo el dolor que ella te produzca, y repara por los malos pensamientos que están por llevar a la segunda muerte a muchos de mis hijos; ora y repara, que tu oración será bálsamo sanador para mi sufriente Corazón.
Ora y repara hasta consumirte de amor por la salvación de las almas.
No temas en escribir todas las experiencias místicas que desde este mismo instante te regalaré; eres, desde este día, apóstol dela reparación.
Por ello, respóndeme con diligencia a mis ruegos de amor; expande y difunde el Apostolado de Reparación, como epidemia que se expande por el mundo.
FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.