Las faltas de caridad

83. Las faltas de caridad

10 de Enero de 2013 (3:30 p.m.)

Ven y acógete a mi Misericordia; quiero darte el perdón, absolverte de tus culpas, liberarte de tus ataduras; quiero que nazcas solo en mi amor.
Camina tras mis huellas, te espero en el Sagrario porque quiero embellecer tu alma, iluminar tu espíritu.
El Sagrario es la escuela en la que te preparo y te formo como apóstol de mi Sagrado Corazón.
El Sagrario es el lugar en el que embellezco todo tu ser y te hago esclavo, mi súbdito.
El Sagrario es la mansión del cielo en la tierra en la que te haces santo.
El Sagrario se ha convertido en mi nuevo Getsemaní, porque allí mi Divinidad es ultrajada, allí mi Corazón es herido.
Como apóstol de mi Sagrado Corazón te quiero mostrar un pecado más que me sumerge en agonía, y son las faltas de caridad; porque el que no ama, aún no se ha encontrado cara a cara conmigo; el que no ama, no ha descubierto mi presencia en cada hermano.
Las faltas de caridad endurecen el corazón de las almas, las vuelven hostiles, renuentes a mi Amor.
Las faltas de caridad llevan a las almas a desechar mi Misericordia; porque donde no hay caridad, no hay amor.
Las faltas de caridad vuelven a las almas avaras, egoístas; solo piensan en sí mismas, se olvidad de las necesidades ajenas.
Las faltas de caridad llevan a las almas a no vivir el mandamiento del amor.
Hijo amado: sé caritativo con el que sufre, con el que padece necesidad; los bienes que tienes son prestados; si das abundantemente te daré en abundancia, aumentaré el fausto de lo que tienes.
Como apóstol de mi Sagrado corazón ten en cuenta que la caridad borra multitud de pecados, es una oportunidad para que repares y sanes las heridas que en tu pasado propiciaste a mi agonizante Corazón.
La caridad lleva al alma a amar, se hace receptiva al raudal de misericordia que derramo sobres las almas generosas.
La caridad te lleva a olvidarte de tus necesidades para suplir las necesidades de otros que, al igual que tú, han experimentado mi Amor, han encontrado la riqueza del Cielo que les ha sacado de una vida paupérrima, miserable.

FUENTE: DIARIO ESPIRITUAL AÑO 2013 de la Comunidad de Siervos Reparadores.